Llega la primavera y con ella toman importancia los vegetales de hoja verde. Según la MTC (Medicina Tradicional China), en cada estación deberíamos tomar aquellos alimentos que la naturaleza nos ofrece, porque ellos tienen los nutrientes necesarios para afrontar la climatología de dicha estación.
El verde es el color de esta estación, la primavera, tiempo de renovación. Así que ahora, más que nunca, es el tiempo de que en nuestros platos abunde este color. El verde tiene preferencia por el hígado y nos sirve para fortalecer, oxigenar y limpiar este órgano.
Existen muchas variedades de este tipo de vegetal: rúcula, berro, grelos, hoja de mostaza, hojas de zanahoria, parte verde de los puerros, hojas de rabanitos, la hoja de coliflor, de brócoli, perejil, espinacas, acelgas, apio,repollo, coles de brusela...
Se habla mucho del calcio que aporta la leche pero no del que aportan estas hojas. El brócoli, por ejemplo, es uno de los alimentos que mayor cantidad de calcio aporta a nuestro organismo y de mejor biodisponibildad que el calcio de la leche. En su tronco se encuentra la mayor concentración de este mineral. Lo podemos pelar y tomar al vapor, acompañado de aceite de oliva. Es muy tierno y rico.
También, la hoja verde, es rica en magnesio, un mineral escaso en el estilo de dietas occidentales, en las que abundan alimentos procesados y envasados, y es básico en muchas de las funciones de nuestro organismo. Por estos motivos está muy de moda su suplementación, pudiendo producirse desajustes en otros minerales como por ejemplo el calcio. Es más acertado añadir hoja verde a nuestros platos para asegurarnos una debida ingesta de este mineral y así, no producir dichos desajustes.
En la hoja verde, además encontramos vitamina C, vitamina A, E y K. Son ricas en clorofila, molécula muy parecida a la hemoglobina de nuestra sangre, ayudando a oxigenar nuestras células y depurarnos, muy recomendada en personas con problemas de anemia. (Para no perder la clorofila, cocinar muy poco la hoja, para que no pierda el verde vivo). Son ricas en fibra y en antioxidantes muy potentes que ayudan a reducir los riesgos de padecer cáncer, gracias a las filoquinonas y menaquinonas, que son dos formas de vitamina K capaces de inhibir el crecimiento tumoral, además de prevenir esta enfermedad. Para conseguir el efecto de sus vitaminas, es inprescindible tomarlas con una buena cantidad de grasa saludable como el aceite de oliva virgen extra o aguacate.
Nos ayudan a mantener la salud de nuestros ojos gracias a dos de los antioxidantes que tienen: zeanxanthina y luteína. Sus folatos intervienen en la producción de glóbulos blancos y rojos y en la formación de anticuerpos en el sistema inmunológico.
Podemos tomarlas de muchas formas, crudas en batidos con frutas o en ensaladas, o ligeramente salteadas, o al vapor si nuestras digestiones no se pueden permitir comer mucho crudo. De cualquier forma, es recomendable incluirlas en nuestros platos y a lo largo del día. Son antiinflamatorias, tienen una carga glucémica muy baja, esto las hace muy recomendables en personas con diabetes y en personas con y sin problemas de salud.
En consulta me ocurre muchas veces, que las personas que toman sintrom creen no poder tomar este tipo de vegetal. En respuesta a esto, el problema estaría cuando no se toman nunca y empezamos a tomarla de golpe o esporádicamente, esto sí produciría problemas en los resultados de esta prueba, pero si las tomamos todos los días, esto no sólo no es perjudicial para estas personas sino que se hacen muy beneficiosas y necesarias para su problema. Si llevamos mucho tiempo sin tomarlas y estamos en tratamiento con este medicamento, podemos empezar con pequeñas cantidades unos días antes de hacernos dicha prueba y poco a poco ir aumentándolas. De esta forma vamos controlando las cifras para que no se produzcan desajustes. Animo a todas estas personas a que no dejen de tomar vegetales, estos son medicamentos que nos ayudan a prevenir y en muchos casos a mejorar patologías que ya tenemos, sólo hay que hacerlo de forma regular y sin hacer cambios bruscos en nuestra alimentación, en el caso comentado.
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